Inauguro nueva sección con motivo de la primera (video) entrevista sobre Un hombre de pago.
Empiezo con la verdad por delante: las entrevistas me cuestan. Me explico. Creo en la difusión. Creo en los medios. Creo que el medio es el mensaje y que con los medios es posible un alcance mayor. Estoy A FAVOR de las entrevistas. Dicho esto, también creo -una y otra vez- que lo podría haber hecho mejor, que se me escapó un desacierto, que no miré bien a cámara... Siempre termino con la sensación de no haberme explicado.
Por eso, cuando me proponen una entrevista, siento una mezcla de excitación y susto. Mi retorcida psique mediática agiganta la figura del entrevistador, al que miro con respeto y nerviosismo. Menos hoy.
A las 9.30 en punto han entrado por la puerta Pablo y Tökland. Nos hemos tomado un café y, como sin querer, ha salido la entrevista. No hay dolor. Esta experiencia me resulta tan insólita que me pregunto si no estaré bajo el síndrome de Estocolmo. Avisaré aquí cuando el vídeo se publique.
enero 11, 2006
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1 comentario:
Entiendo como te sientes. Pero no te apures. Siempre pensamos que lo podríaos haber hecho mejor, aunque no sea cierto.
Ya dirás.
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