La entrevista a Eva Herman que La Vanguardia ha publicado hoy (acceso bajo suscripción) es de las que no deja indiferente a nadie.
La entrevistada defiende que la función propia de la mujer es la maternidad y el espacio adecuado, el hogar. Sostiene que, a las mujeres, el trabajo no nos dignifica sino que nos aleja de nuestro yo real, a cambio de un sueldo insuficiente e inferior al percibido por los hombres.
Me escribe Zonya y me sugiere que escriba al respecto. Y le digo lo que digo aquí: que siento que debo escribir, pero no sé muy bien qué.
Por un lado, me repele la posición de Herman porque creo que confinar a la mujer al ámbito doméstico maternal es una limitación injustificable, por nuestro bien y el de la humanidad entera. Por otro, creo que algo de razón lleva cuando afirma que nos han vendido la moto de que podíamos con todo, convirtiéndonos en "supermujeres" permanentemente angustiadas por las tareas a las que no llegamos (aunque después, y gracias a una especie de milagro cósmico, lleguemos).
No es fácil ser mujer en los tiempos que corren. Por eso quizás lo que quiero escribir aquí es una cita extraída de la novela que estoy leyendo ahora, que más o menos dice: "A todas las mujeres que trabajamos nos gustaría tener esposa (con A), una mujer que asumiera las cargas familiares y domésticas. Ahora bien, en el supuesto de que tuvieramos esposa, las trabajadoras terminaríamos tarde o temprano por recríminarle su función, sintiendo que "usurpa" la nuestra".
En definitiva, yo no me pregunto si se puede, sino cómo se puede estar en misa y repicando. Me preocupa y me interesa mucho el concepto de culpa, presente en mayor o menor grado en todas las mujeres (profesionales, singles o con pareja, con /sin hijos) que admiro.
abril 02, 2008
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11 comentarios:
Completamente de acuerdo con esta reflexión que yo también he hecho. El precio que hemos pagado por compaginar vida laboral y familiar ha sido muy alto, y en muchos casos si al final hay separación de por medio el hecho se agrava. Paridad? Dificil de conseguir... pero muchas veces el problema reside en el sentido de culpabilidad que las mujeres adoptamos cuando somos madres.
Xènia: me alegro de que coincidamos, aunque sea un caso de "mal de muchos"... La culpa, ¡qué gran tema! ¡Qué terrible!
Xènia: me alegro de que coincidamos, aunque sea un caso de "mal de muchos"... La culpa, ¡qué gran tema! ¡Qué terrible!
Curiosamente hoy leía la opinión de una mujer que ha escrito un libro con razones para no tener hijos. Ni un extremo ni otro; asegurarse antes de tenerlos que tu pareja va a colaborar.
Sin conocer aún muy a fondo la historia de Eva Herman, lo que también me desconcierta es que no sólo se arrepiente de no haber sido madre (pero una madre de esas de "la cofradía del fustigamiento eterno"), sino que parece sentir que no ha hecho nada por lo que recordar su trayectoria profesional.
Pesa sobre ella una especie de doble culpa por no haber dejado "huella" en ninguno de esos dos roles. Es como si con el paso de los años se viera a ella misma como el personaje de Bette Davis, otra Eva, en "All about Eve": Sola, con una reputación perdida por su ego (yo diría más bien que por dejarse llevar por un personaje que creó a medida de los demás), y viendo cómo toda su "gloria" no sirve para dejar una herencia perdurable de ella misma.
El artículo, como bien dices, Neus, no nos puede dejar indiferentes, porque creo que somos más complejas que ser "simplemente" mujeres, madres o profesionales.
De momento yo voy a ver cómo hago para sentirme culpable por no sentirme culpable al no querer ser madre. ¡Si es que seguro que es culpa mía! (sic)
beZoZ!
Asegurar-se? Y como?
Una actitud o una pareja realmente unida y compenetrada nunca és garantia....una vez se es padre las cosas pueden canviar. Porque? Razones daria muchas.
Seria genial que las cosas pudieran saberse de antemano.
La vida te da sorpresas.
Un saludo palimp
Palimp,
gracias por participar en el debate: de momento, el único hombre que se ha animado has sido tú! Coincido con la matización de Xènia. "Colaborar"? Qu'est-ce que c'est? Yo prefiero "compartir". "Colaborar" me evoca esa situación en la que una de las partes, "graciosamente", le echa una mano a la otra. Así nos luce el pelo.
Zonya, te leo y me acuerdo de Maribel Verdú: ruede lo que ruede, reciba los premios que reciba, la pobre no se libra de comentar, en toda entrevista que le hace, su decisión de no tener hijos.
Quizás el libro que deberíamos escribir se titula: "100 recetas prácticas para dejar la culpa atrás". Si me ayudáis, capaz que hasta me animo...
Gracias a tod@as por participar.
Uno de los comentarios que hacia el padre de mis hijos era el siguiente: "Has de dar las gracias porque yo soy de los que ayudan"....Ayudar a quien? Era evidente que él se referia a ayudarme a mi. Con esta afirmación el peso de la familia recae en la mujer y coincide con la idea de colaborar. Me sumo a la idea de compartir !!!!
Un saludo a todos/as
Implicarse. Eso.
Aquello de los huevos con bacon.
Una moto muy trucada es la que han vendido algunos (con O).
No estoy de acuerdo con que una actitud o una pareja realmente unida y compenetrada nunca sea garantía. Entiendo que es precísamente la única garantía. Las cosas no cambian al tener hijos; otra cosa es que algunas actitudes no advertidas salgan a flote, pero siempre han estado ahí. Un marido o compañero no se vuelve egoísta (no colabora, sigue a lo suyo, etc.) al tener un hijo, sino que siempre lo ha sido.
Un poco más de inteligencia emocional nos vendría bien a todos (con O y A). Más amistad y lealtad, y menos pasión.
Es cierto Fernando, siempre han estado alli pero estaban escondidas y salen a flote inesperadamente. Cambian muchas cosas y conceptos en las personas cuando pasan a ser padres o madres...Inteligencia emocional donde estabas hace 30 años????
Saludos
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