Por esos vericuetos digitales que escapan a la comprensión racional, Un hombre de pago desembarcó en la Argentina antes incluso de que llegara, físicamente, el libro:
Pablo lo referenció en sus "Histeriotipos o los hombres temerosos" y Flavia en sus hombres que ladran.
Ahora, por fin, llegó la novela. Veo que se puede adquirir en esta librería, o en ésta... y espero que también paseando por esas calles pobladas de libros que recuerdo de mi estancia, hace ya demasiado tiempo, en Buenos Aires.
Me encantaría conocer la opinión de los lectores argentinos, bien en mi email, bien en los comentarios este blog. ¡Están todos invitados!
marzo 14, 2007
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