marzo 19, 2007

Sin uñas

No uno, no: dos lectores me informan hoy de que a) han terminado la novela o b) la están leyendo. En ambos casos, me emplazan amablemente para comunicarme sus impresiones.

Me siento rara cuando me lo cuentan. Espero que el mundo donde habita Un hombre de pago les guste. Les agradezco que hayan leído / lean la novela. Y automáticamente empiezo a preguntarme como posesa qué les habrá parecido. En uno de los casos, el lector no forma parte ni por edad ni por asomo del que podríamos pensar es el público del libro. En el otro, sí.

Me da que me voy a llevar una sorpresa. Mientras, ya casi no me quedan uñas que morderme.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aún estoy allí dentro, un poco enfadada con Bel y agradecida a Rosa, Merche, Iván e incluso a Marta.
Me ha gustado y mucho porque he disfrutado y porque he sentido angustia, alegría e incluso cierto miedo. Para mí no se trata de que una historia sea bonita o no, sino que me haga sentir a través de las palabras y la tuya lo hace.
Con los días me irán saliendo más cosas que decir porque cuando se lee es como tirar una pidrecita en un estanque y las ondas se van ensanchando.Luego a mí me cuesta "salirme" de un libro cuando me gusta, ten paciencia, por favor. :-)

Escribes muy bien, pues sí. Puede parecer una nimiedad, pero no lo es. De nada te sirve que te lo diga si no tienes referencias de qué leo. Me justifico, entonces:
La lista es larga porque como para la música soy muy ecléctica. Mis escritores preferidos son Georges Simenon, Truman Capote (excepto por Plegarias atendidas), Patricia Highsmith e Italo Calvino. Tengo mucha obra de Paul Auster, de Roald Dahl, Borges, Mujica Láinez, Bernardo Atxaga, Carmen Martín Gayte y el maravilloso Javier Marías, por ejemplo. Me gustan Catulo, Terencio y Plauto (si bien son géneros diferentes), adoro a Calderón de la Barca, lo adoro, lo adoro. Suelo leer el Granta en inglés. Mucho Vázquez Montalbán (tanto de la serie Carvalho como las novelas)... Wilde, Hugo, Clarice Lispector me gustan mucho... además de los grandes clásicos de toda la vida: Tolstoi, Clarín, Benavente, el magnífico e inigualable Pío Baroja... por citar lo más esencial de mi biblioteca, lo que me llevaría a una isla desierta. Luego soy muy anárquica y pillo de aquí y de allí. Mientras escribo noto que tengo poca autora, pero, vaya, no estoy metida en en lo de la literatura de género.

A lo largo de la historia he estado pendiente de un hilo. Utilizas mucho una técnica calderoniana que es la anticipación trágica (que es una de las tantas cosas que me encantan de él). Lanzas la situación, el lector la conoce y luego allí se queda solito el personaje frente al destino fatal y una no puede hacer nada por detenerlo excepto ralentizar el ritmo de la lectura, lo cual en tu caso es imposible, para más inri. He sufrido mucho en algunos capítulos.

Me parece que has escrito una tragedia griega. Rosa, su deseo de enamorarse; Bel, su deseo de enamorarse; Marta, su inconfesable deseo de ser querida e Iván, su deseo de ser salvado. Piesplanos hace las funciones del coro. El editor es que ni lo coloco porque me parece anodino: él sus transacciones. Yo a los editores les tengo manía, éste tampoco me resulta simpático sino amaneradamente burgués y convencional, el cambio que sufre no me lo acabo de creer. Pensaba que Bel era más pasional, pero no deja de ser una chica de clase media catalana que vive una pasión. A los cincuenta estará como Rosa y entonces me caerá mejor. Bel y Rosa son los dos lados del espejo: antes y después. En la vida y en las novelas me caen mejor los Danys, Rosas y Merches de esta vida. Incluso Iván lo veo más coherente con lo que siente.
Me ha gustado el punto de Piesplanos con los Búzios o caracoles, a ver si en la próxima pones una tarotista jajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja
Luego están los dobletes de cada personaje con su amiga o amigo en cuestión. Es un libro que habla más de la amistad que de la invisibilidad. ¿A dónde irían todos esos personajes sin sus amigos? ¡Es que no habría novela! Es gracias a estas amistades que progresan en un sentido o en otro. Quizás en algún momento Rosa se haya sentido invisible, pero curiosamente no es ella quien toca el tema en el llibro sino que es Bel, con esa manera única que tiene de hablar la generación de los 30 que creen que han triunfado. Es que a ella le doy esa edad. Me parece que es un personaje que sufre una suerte de traición a sí misma.

Rosa y Merche están muy bien dibujadas y de ellas una no se espera este tipo de sorpresas sino que una se espera cualquier sorpresa porque pueden ser imprevisibles, pero siempre de corazón.
Al igual que Marta que cobra una cierta dignidad al revelar lo que revela; y me sigue cayendo mal, pero se trata de ese tipo de enemiga a quien se comprende. No me fiaría de Bel, por ejemplo, tan mona, tan ubicada y sale con lo que más le conviene como ella misma reconoce cuando se está casando, incluso parece que se lo tome con un poco de sorna, no está implicada ni en la fiesta final en la que va vestidita de Wendy. Creo que a ella, en e l fondo, le encantaría ser como Luisa y Jaime que no dejan de ser, a su vez, un contrapunto muy divertido, una suerte de hermanos Marx en serio y una cierta idealización cómica de una cierta clase social y cultural de España.
Iván se hace muy querible como persona. Tanto él como Rosa son los que se la juegan más. Los más "marginales" y los más íntegros, cada uno a su manera. Ellos no son el tipo de gente que te encuentras ni en el Mundial ni en el Borne regularmente. Y son los que más amo. Rosa y Merche se hacen adorables, dan ganas de abrazarlas; Iván y Piesplanos también. Son mis preferidos y con ellos me iría a tomar algo, a pasar el tiempo. Son gente herida y que vive, sobreviven con dolor y con alegría, pueden darnos a muchos muchas lecciones. Cada uno de ellos asume su destino a su manera, pero siempre con dignidad y amor.
Con Rosa me he sentido feliz y desgraciada. Con Bel, feliz y traicionada. ¿Será incluso esa la diferencia entre estas generaciones? Este libro me ha dejado con muchas preguntas de miel, unas, de hiel, otras.

Ponerse a hablar de los personajes de un libro es como hacerlo de los vecinos y conocidos con una buena amiga o un buen amigo. Los criticas porque les coges cariño. Y siento que tú, mami de este libro, tengas que escucharlo, pero es que no te puedo contar otra cosa. Ahora que he leído el libro es también un poco mío...

¿La idea de las tipografías...? MMmmmmm... no creo que haga falta para nada, los lectores no son tan tontos. Además el juego que da adivinar de quién se trata es muy divertido. es más difícil recordar qué tipografía representa a quién.
¡Todo el mundo bebe mucho en esta novela!

Te repito: me ha gustado mucho y he convivido con los personajes. Es una tragedia griega de amor y amistad.

Próximamente más ;-)

No te muerdas las uñas que Merche te reñiría mucho ;-)

Un beso fuerte