El Yoyo ha cumplido su promesa. No sólo se ha leído la novela sino que la ha contrastado con un jinetero "de verdad".
Las conclusiones a las que ambos llegan se recogen aquí. Por mi parte, destaco dos cosas:
Esta es la primera vez en la vida de Un hombre de pago que un cubano (mejor, dos) opina en público sobre el contenido de la novela, cuyo eje central -el gigoló Iván- también es cubano.
La diferencia entre realidad y ficción la marca el grado de corrosión. En palabras de los reseñantes: "Su autora sabe que no todo el mundo quiere oír que el mundo es un lugar muy feo".
Tienen razón: quizás Iván sea demasiado amable. Pero presentar el oficio en toda su crudeza hubiera supuesto, para mí, emitir un juicio moral y escamotear al lector/a la pregunta del millón:
¿Que haría yo en su lugar?
octubre 30, 2007
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3 comentarios:
En Cuba decimos: Lo prometido es deuda.
Ha sido un placer leer la novela y poder comentarla
no lei todavia la novelapero el tema me parece interesantisimo........leo y opino ok?
green
Yoyo: gracias otra vez.
Green: ¡ya tengo ganas de leer tu opinión!
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