Así titulaba José Antonio Marina el artículo que publicó ayer en el dominical de La vanguardia. El filósofo parte de la diferencia -"tenemos, pues, dos sexos que biológicamente se refieren uno al otro, pero que culturalmente quieren definirse autónomamente".
Suscribo este punto de partida, de donde surge el desasosiego en el que unas y otros nos encontramos inmersos. En este "ni contigo ni sin tí" se inscribe la cuestión de la invisibilidad, el eje sobre el que gira Un hombre de pago. Rosa, la clienta, es y se sabe autónoma pero necesita que la miren para ser. Bel, la novia, necesita pensar que la quieren para ser.
Una y otra son en función de la mirada de otro - o creen que no son. Me parece interesante que la introducción de Marina a su nuevo libro, La revolución de las mujeres, se titule "De la invisibilidad a la visibilidad".
Hablando de ver-verse, me hizo ilusión saludar a dos de las tres voces de que conversan desde Liter-a-tres el viernes en Kosmopolis (la referencia fotográfica es de Pablo, siempre dispuesto a documentar momentos entrañables. El señor sentado a mi derecha es Javier. A mi izquierda está Toni.
octubre 23, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
liter-a-tres 3: te echamos de menos porque el encuentro tuvo su qué... Seguro que habrá más y que coincidiremos.
El encuentro tuvo su qué, pero fue demasiado breve... nunca me creí eso de que lo bueno si breve dos veces bueno!!
Me identifico con Rosa, porque me sé autónoma y sin embargo necesito que me quieran para ser como a mi me gusta ser.
Publicar un comentario