Esta mañana entro en la librería de El Corte Inglés en el Portal del Angel (Barcelona, aclaro). Allí, en medio de mucha novela histórica, de estantes repletos de fotos de María Pau Janer sonriendo a cámara, estos ojos han constatado que existen diversos ejemplares de Un hombre de pago.
El estante en cuestión estaba en una sección dedicada a "libros para mujeres": de Marian Keyes a Silvia Soler. Siempre he pensado que este sería un momento especial y ha resultado ser "raro". Me he agachado (mal vamos, lo sé, para atraer la atención del comprador en el lineal, pero ¿cómo competir con los grandes?), he cogido una copia por el lomo y la he mirado, como Darwin debió mirarse las nuevas especies que encontraba en los viajes.
En resumen: el libro está en el Corte Inglés. Si prefieres que te lo traigan a casa dedicado, te recuerdo la promo "Yo lo leí primero", que se activa enviando un email aquí.
diciembre 21, 2005
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2 comentarios:
Viernes, 23 de diciembre 2005.-
Faltan unos minutos para las 3 de la tarde y abandono la Diagonal para entar en El Corte Inglés de Francesc Macià (Barcelona). Me abro paso, sorteando una multitud festiva, con un destino claro: la librería situada al fondo de la planta baja. Este centro tiene una sección librera más bien modesta pero no pierdo la esperanza y doy una hojeada antes de preguntar (lo haré si no hay más remedio, pero es obvio que no es lo mismo ...).
La búsqueda se hace corta. Eureka!, muy cerca de una de las cajas (entre unos 68 y 70 cm aprox.) y rodeado de nombres-hombres célebres (Saramago, Vargas LLosa, Arthur Golden, ...) se insinúan unas piernas en forma de portada que a los habituales de este blog ya nos son familiares ...Me agacho. Cojo uno de los dos juegos de piernas y me dirijo a la caja en cuestión. No hay nadie.¿Me voy? No, soy un hombre que pago todos los libros que compro...
Me desplazo unos metros y descubro otra caja. Tampoco hay nadie pero alguien ve que otro alguien está deseoso de pagar algo. Gertrudis, que es ese otro alguien, sin apenas mirar a este alguien que suscribe se dispone a cobrar. El lector (de códigos de barras) no es capaz de leer los números cifrados de "este nuestro libro" (si el lector hablara hubiera espetado un "pues va ser que no"). Es entonces cuando Gertru se dispone a introducir, manualmente, todos y cada uno de sus números hasta que aparece en la pantalla de la caja el precio en euros y su equivalente en pesetas (ambos guarismos color verde corporativo). Instantes después, la pregunta: ¿Se lo envuelvo para regalo?. No, gracias es para consumo propio. En este momento, la faz de Gertrudis no pudo reprimir un tan expresivo como fugaz gesto fácilmente interpretable... ;-). Pago su precio (que no su valor que es bastante mayor) mirando fijamente a quien se dispone a cobrarlo. Me devuelve la tarjeta pero no la mirada. Son las 15:07 según reza el ticket. Me despido con un "buenas tarde y buenas fiestas" y soy correspondido.
Salgo a la calle, toca comer algo: el hambre aprieta. SeNY.
SeNY: me parece un lujo contar con una narración tan detallada de cómo adquirir mi libro. Siempre pensé cómo me sentiría yo al ver mi libro en una librería, sin alcanzar a ver cómo se sentirían los lectores.
Voy a estudiar tu comentario de memoria: seguro que descubro alguna cosa más.
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