En Un hombre de pago, Rosa toma la decisión de contratar a un gigoló animada por Merche, su estheticienne. El papel que la esteticista desempeña para muchas mujeres no está suficientemente reconocido: escuchan, animan y aconsejan cuando se les pide y siempre con la mayor discreción.
Para construir a Merche recurrí a mi esteticista, Mari Carmen (Menchu). Mari Carmen me animó a continuar cuando la novela -o la vida- se me resistían, me ayudó a documentarme y se convirtió en mi primera fan.
"Menchu, vas a ser la esteticista más famosa de España", le dije para animarla la semana pasada, cuando fui a verla al hospital. Hace un año le diagnosticaron una enfermedad irreversible y desde hacía dos meses no podía moverse de la cama. Para una persona como ella, tan preocupada por el cuerpo, era una situación terrible pero la sobrellevaba con la mayor dignidad. Hablamos de las peripecias de la novela, que seguía con auténtico interés.
Acaban de llamarme por teléfono para decirme que Menchu ha fallecido esta madrugada, a las dos y me ha dado por abrir el blog y escribir esto. Porque se ha ido una buena mujer buena y por eso, para mí y para algunas otras mujeres a las que cuidó, el mundo es hoy un lugar más oscuro.
mayo 17, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Siento lo de Menchu Neus. Sin duda es una pérdida terrible (la muerte fuera de hora siempre lo es). Sopesar tu contribución a que su ser perdure -a través de tu novela-, es algo que sólo te atañe a ti indagar. A ti, y a los que la conocían personalmente.
Pero de algún modo no es osuridad lo que queda, sino una luz distinta. Es un matíz lingüístico, quizá ...pero a los fotógrafos les va la vida en ello.
Para los que la conocimos a través de UHDP, sepas, que sigue viva y sonriendo; liada en sus cosas (abre el libro, y verás que lo que te digo es cierto).
Pablo,
igual en esas palabras tuyas es donde está el consuelo. Gracias.
Todavía no conozco a Merche, porque mi pareja aún no ha acabado de leer UHDP (ayer me dio el primer feedback y es muy positivo, Neus) Quizá te levantará un poquito el ánimo pensar que gracias a ti podré conocerla a pesar de todo.
Como mínimo, os propongo celebrar que pese a que Menchu ha apartado la vida orgánica a un lado, lo que es seguro es que jamás será invisible.
Un fuerte abrazo Neus.
Gracias, de verdad. A Menchu le hubiera gustado leer esto, seguro. Igual lo está leyendo...
No creo que haya consuelo alguno para una pérdida tan grande. A lo más, respeto y adhesión al sentimiento de oscuridad, que es lo único que podemos ofrecer los demás.
Y, por desgracia, tampoco creo que Menchu lea nada...
Aunque, como dice Pablo, seguirá viva de una u otra forma en tus páginas.
Publicar un comentario