En teoría Un hombre de pago entró en imprenta ayer. No he podido hablar con la editora, por lo que no tengo la certeza absoluta de que eso sea así.
Me doy cuenta de que, en el proceso de publicación, "certezas absolutas" hay pocas. Los escritores -los noveles más- se sienten solos, como cuando has trasnochado y te cuesta encontrar el camino de vuelta a casa. La visión romántica del editor le atribuye entre otros el rol de lazarillo, pero creo que con la inflación de títulos y escribanos que inunda el mercado actual, ya no les es técnicamente posible realizarla.
Con todo, estoy contenta. Voy por las calles de Barcelona y veo, en las paradas de autobus, los posters en los que el actor cubano Yotuel Romero anuncia una marca de ropa interior. Ese punto de descaro me recuerda a Iván. Y pienso que dentro de poco él también estará en la calle.
noviembre 08, 2005
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