Marta representa la "amiga vampira"que todas tenemos. Me refiero a esa íntima que insiste en conocer a tus amigos pero se guarda de presentarte a los suyos. Esa compañera del alma que negocia con tus confidencias y, si le sirve, las cambia por otras. La que se acercó a ti porque le interesaba tu hermano... o tu novio. En Un hombre de pago esa es Marta para Bel. Trabaja de azafata, aunque teme que sin el uniforme no es nadie. Le gustan los hombres, y si son de otras mujeres, más.
He encontrado a la antecesora deciochesca de Marta en la deliciosa Sin mañana de Vivant de Denon, que publica la nueva editorial de Jacobo Fitz-James Stuart. Allí es la protagonista, la señora de T, quien con mucha mano izquierda le roba el amante a la amiga y, una vez satisfecha, se lo devuelve: "Sois encantador... No me enemistéis con la condesa."
noviembre 07, 2005
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