La semana pasada un amigo se refirió a mí como "madurita". La conversación tuvo su qué y pensé en escribir sobre ella.
Pero he cambiado de opinión. ¿Por qué? Porque no puedo respirar (bien).
Esta autora es víctima del cambio climático. Soy alérgica a todos los polenes, gramíneas y ácaros que existen sobre la faz de la tierra. Normalmente mi via crucis empezaba en mayo pero, gracias al nuevo clima, desde este último fin de semana de febrero vivo las primeras crisis.
Si eres lector/a alérgico/a, me entenderás. La sequedad al hablar, el atontamiento que provocan los antihistamínicos, la imposibilidad absoluta de respirar por la nariz... El limbo de la alergia, en resumen.
Por suerte mi situación mejora pero no lo suficiente como para ponerme -ahora- a hablar de maduritas. Porque seremos más o menos visibles, pero lo importante es respirar.
febrero 26, 2007
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2 comentarios:
Yo fui asmático, pero con ataques de ir al hospital y todo. Misteriosamente se fue igual que había venido.
El progreso tiene su lado negativo. Por eso hay qu preguntarse si vale la pena el progreso a toda costa, el american way of live, el sueño americano.
Una de las cosas detestables de esta vida es que algunOS, como los anunciantes de quemagrasas, por poner un ejemplo al azar, aunque los hay mucho más sangrantes (en sentido literal), sigan respirando.
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