En febrero empezamos el experimento de regalar diez ejemplares de Un hombre de pago a diez voluntarios que se comprometían a comentar la novela.
Dos participantes más acaban de hacer públicas sus opiniones. A Vailima le doy las gracias dos veces. Primera, por atender la llamada en que solicitábamos chicas (al principio y curiosamente todos los voluntarios que se apuntaban eran hombres). Y ahora, de nuevo, por la reseña que escribe, después de un período de inactividad blogera. Creo que lee perfectamente mi intención de vincular invisibilidad, soledad y sexo. Y se pregunta: "¿existe algo mejor que el sexo con una escultural pareja que hace que te olvides del mundo porque el mundo es tu montera?".
Dani, por su parte, se animó a lanzar su propio blog y participar en el experimento a raíz de toparse con Un hombre de pago y su autora en la blogosfera. Ambos nos conocimos hace más de 10 años pero habíamos perdido el contacto (inciso: publicar una novela se ha revelado un método excelente para reencontrar a amigos perdidos). Hoy, ante la inminente fiesta de Sant Jordi, Dani publica su visión de la jugada y se lo agradezco. Me llama la atención que sea el único participante que se refiera a la (y traduzco) "única pareja estable, equilibrada, siempre igual, ¿aburrida?" presente en la novela (hay una, de verdad).
De los diez voluntarios, sólo falta uno por hablar: nos queda Berlin.
abril 20, 2006
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1 comentario:
Ya ya, ya está...
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