diciembre 17, 2008

"Sólo para mujeres" en Documentos TV: el visionado

Ayer La 2 emitió el reportaje "Sólo para mujeres", para el que me entrevistaron a propósito de mi novela Un hombre de pago. Por poco me lo pierdo debido a la "desconexión" de la programación en Cataluña. Conseguí verlo vía satélite y espero publicar el video aquí para que los "desconexos" puedan visionarlo.

Una primera impresión del programa: la tensión a la hora de definir cómo es la mujer que contrata los servicios de sexo de pago. ¿Estamos ante una "mujer morbosa que busca aliciente" o ante " una mujer invisible que busca compañía"? El hilo argumental del programa oscilaba entre un perfil y otro, sin llegar a diferenciarlos de forma nítida. Sin embargo, la abundacia de imagenes de porno soft inclinaba por sí sola la balanza: ¿veíamos un documental o una película porno?

El hecho de que las clientas no quisieran hablar a cámara obligó a la productora a recurrir a la escenificación y al "grupo de amigas", con lo que la posición de la mujer no se definió.
Hablaron, cierto, dos clientas (¿reales? ¿supuestas?) ambas con pareja estable: ambas, entonces, integrantes del perfil 1 ("mujer que busca lo que no tiene en casa") , pero cuyas intervenciones nos remitían al perfil dos (el cariño, la compañía). Confusión.

La ausencia de clientas se compensó con una presencia importante de gigolós y masajistas. Fueron ellos quienes dieron "su" significado de la prostitución masculina y dotaron de hondura al programa. El único contrapunto femenino comparable lo puso Bárbara, madame de gigolós, con una intervención lúcida y realista sobre el negocio. Las mujeres consideran que pagar por sexo es un fracaso. Las que pagan son aquellas para las que la soledad social es un fracaso aún mayor. Curiosamente, ninguno de los gigolós explicitó su motivación y el espectador no supo por qué se metieron en el negocio.

En lo que a mi respecta, de la entrevista mantenida el programa se centró, como era de esperar, en la fase de documentación de mi novela: ¿por qué la escribí? y, más importante todavía, ¿cómo conseguí contactar con una clienta que aceptara hablar conmigo? El momento mágico me llegó cuando, justo después de mi intervención, escuché la voz de una locutora leyendo un fragmento de Un hombre de pago mientras en pantalla dos actores representaban a "mi" Rosa (la clienta) y "mi" Iván (el gigoló en la novela). "Ver" el propio texto en la interpretación que otro hace de él es una experiencia muy fuerte. Me quedé tan aturdida que, por un momento, creí confundir la voz de la locutora con mi propia voz (por suerte no estaba viendo el programa sola y me sacaron de dudas rápido).

El mérito de "Sólo para mujeres" estriba, en mi opinión, en el propio hecho de haber planteado el tema, más que en su desarrollo. La confusión del reportaje seguramente refleja la misma confusión de mujeres y hombres al abordar que las primeras ya pueden comprar el cariño, aunque no sea verdadero. Seguro que la conversación no acaba aquí. Yo me quedé pensando en cómo pasa el tiempo, quizás porque en la pausa publicitaria me encontré, de repente, con una oferta para comprar el DVD con todos los episodios de Curro Jiménez: ¡ese sí que era un mito sexual !

2 comentarios:

Susana Silva dijo...

Mi estimada Neus:
Me da un gran gusto ver cómo sigue creciendo Un Hombre de Pago de la mano de su talentosa autora.

Saludos de un libro amigo

Unknown dijo...

Muchas gracias. Espero que Café Toscana continue su singladura!