La revista literaria Conversational Reading publica hoy un artículo mío sobre la dificultad de los autores a la hora de lograr que nuestras obras se traduzcan al inglés.
Ésta es la versión castellana de On Translations or The Pursue of the Domino Effect.
Sobre las traducciones y la búsqueda del efecto domino
Según datos del Center for Book Culture, entre los años 2000 y 2006 se tradujeron al inglés un total de 12 títulos de ficción publicados en castellano y en España.
Dos títulos por año. Ese es un agujero muy estrecho para la aguja de los autores españoles y sus agentes. Quizás esa sea también la razón que nos impulsa a buscar traducciones en otros idiomas, con la esperanza de que se produzca un "efecto domino" que culmine con la publicación en inglés. A título ilustrativo, ésta es mi experiencia.
El tortuoso camino
En el año 2006 publiqué mi primera novela, Un hombre de pago. La estrategia de mi agente fue mover la novela enseguida, empezando por editoriales en mercados más pequeños, como Grecia o Portugal. Ese sería el primer nivel.
Si una obra supera el primer obstáculo -y mi novela tuvo la suerte de lograrlo, ya que se han vendido los derechos al portugués-, el agente se dirige a mercados más competitivos, como el italiano o el alemán. En palabras de un editor argentino: "El español es un idioma marginal para la traducción. Interesar a un editor italiano o francés para que entiendan que tenemos cosas buenas es un trabajo de años".
Un hombre de pago se ha vendido también en Rusia. Ya tenemos dos idiomas, en dos niveles diferentes. Pero no es suficiente. La novela debe despertar el interés de otras editoriales para conseguir mayor visibilidad internacional.
Buscando información para este artículo descubrí en una entrevista concedida por el SuperAgente Andrew Wylie que él también emplea este enfoque multinacional: "Diría que tener acceso a los mercados internacionales nos da la posibilidad de conseguir el valor adecuado, mercado a mercado. Si vas a vender a los Estados Unidos empezando de la nada, tu capacidad de actuación es muy limitada”.
Los caminos que llevan a la traducción son tortuosos. Así, el libro de mi amigo Jordi Nadal se publicó primero en Portugal y después en España, en una especie de "efecto domino inverso", donde la traducción posibilita la edición en el país del autor (posteriormente ha vendido los derechos en Gracia y Francia).
Aprendizaje
Por el hecho de que mi novela se traduzca al portugués y al ruso mis amigos escritores consideran que "tengo éxito". Mis amigos son escritores profesionales, algunos con cifras de ventas considerables en España. Cuando nos reunimos y charlamos, con esa mezcla de ingenuidad y competencia que impregna nuestras conversaciones, las traducciones se convierten en la gran promesa incumplida, en esa segunda vida que todos queremos para nuestras novelas, como medio para llegar a otros lectores.
Soy escritora y traductora de formación. Sin embargo y por encima de todo, soy lectora. Y confieso que leo mayoritariamente en inglés. Esto se debe en parte a mi educación y en parte al hecho de que Barbara, mi suegra, tiene una librería en Seattle y me suministra una selección constante de lo bueno y lo mejor. Lo habitual es que un año o dos despúes de haber leído una novela estadounidense, el libro aparezca en las librerías de Barcelona (a menudo con la misma portada). En castellano. Parece que el camino de las traducciones hacia aquí no sea tan tortuoso. Me alegro de que los lectores españoles puedan acceder a libros que me han gustado y me gustaría que los míos tuvieran las mismas oportunidades.
¿Alguien tiene alguna idea?
Como lectora y escritora, haré todo lo que esté en mi mano para que me traduzcan al mayor número de idiomas y pueda llegar al mayor número de lectores. Se me ocurren cinco propuestas: 1. En este momento se están negociando los derechos audiovisuales de Un hombre de pago. Si la novela se convierte en película, espero que su visibilidad internacional aumente. 2. Yo misma he traducio al inglés un capítulo de muestra para facilitar a los interesados que juzguen los méritos de la novela (razón, aquí). 3. Estoy valorando la posibilidad de traducir la novela entera, con el fin de reducir los gastos en que incurrirá la editorial extranjera y también para controlar mejor la versión traducida. 4. Me brindo a reunirme y/o contactar con los profesionales del sector que se interesen por mi libro. 5. Agradezco ya las ideas y sugerencias que se te puedan ocurrir y que quieras compartir conmigo.
Concibo este proceso como un aprendizaje. Creo que el mérito juega un papel. Y la suerte, también. Igual que en el domino.
Neus Arqués, enero de 2008
enero 18, 2008
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2 comentarios:
Me quito el cráneo, yo quiero ser como tú. Nada de esperar que vengan a tu puerta...
Creo que una estrategia parecida a la que te ha funcionado en castellano podría valer para el mercado anglosajón. Si no es mucho esfuerzo para ti, yo traduciría la novela entera aunque no la publicaría. Interesar a bloggers a nivel mundial que puedan ser el target de la novela podría catapultarte a nuevos mercados.
Palimp,
no te quites nada, hombre... ¡que lo tienes muy bien amueblado! Gracias por la sugerencia. Es trabajo, pero, como dices, quizás sea también la vía.
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