enero 18, 2007

La tercera mujer

"Pienso en cómo pensar la feminidad dentro del feminismo. La mujer goza, toma decisiones, pero también le gusta la lencería. Para mí es comprensible. La mujer que compra lencería sexy no es una mujer objeto. Encarna una feminidad. Quiere ser tan autónoma como un señor, pero no quiere parecer un hombre."

Entrevista al sociólogo Gilles Lipovetsky publicada en "El país", 23 de diciembre de 2006, pàg. 46.

Mi pregunta: ¿Para quien nos compramos la lencería?

5 comentarios:

Fernando García Pañeda dijo...

A modo de respuesta, permíteme citar a Jane Austen:
Si la mujer es refinada, lo es sólo para su propia satisfacción; ningún hombre la admirará más, ni ninguna mujer le tendrá mayor simpatía. La pulcritud y el estar a la moda bastan a los primeros, y un poco de pobreza o de descuido resultan sobremanera atractivos para las segundas.

Unknown dijo...

Fernando,

extraordinaria respuesta y excelente alusión al "vampirismo" entre mujeres...

Unknown dijo...

Debo pensar, y es lo que creo, que "ellas" se compran la lenceria para ellas.

Porque les guste, esté de moda, les llame la atención, etc..

No comprarian algo que les incomode, que no les haga sentirse bien.

También entiendo que lo hacen de manera subsidiaria para "ellos" porque saben que "eso" les puede hacer sentirse más atractivas, pero solo debe ser de manera accesoria, no principal.

Pero claro! soy hombre....

Unknown dijo...

Carlos,

precisamente porque eres hombre la respuesta es muy interesante. Me llama la atención que vienes a coincidir -en parte al menos- con la cita de Jane Austen....

Anónimo dijo...

Pues yo soy mujer y no entiendo a quien le puede gustar llevar lencería sexy (= incomodísima!!), y eso que he crecido "en" una corsetería. Yo creo que la lencería sexy, dejando a parte para quien la compras, solo la puede llevar las mujeres "talla pequeña". Así que las mujeres "tallas grandes" no nos planteamos para quien comparmos la lencería ya que si hacen tallas, no tienen nada de sexy!